martes, 1 de septiembre de 2015

Ni muerta ni de parranda

Ahora, que ya no me asusta el pasado
ni la lágrima
ni el infierno
ni el pecado cometido
y por cometer.

Ahora que no tengo miedo
al dedo del espejo en la herida
a la herida infectada por la paja
a la paja del ojo ajeno
al ojo ajeno.

Ahora, que no sé si soy la de antes
o la de siempre
que no quiero entender las letras
que borro
que escondo
que quemo
que miento;

yo, que no soy más que este creer conocerme de nuevo
que no soy más que este mar con vistas a una casa con globos
que no soy más que esta casa con globos llena de gente alegre
que soy toda esta gente alegre
celebrando el nacimiento de alguien que baila
que
resulta
ser
yo;

yo, ahora que no existo,
que venga el invierno
                     y nos saque los ojos.



7 comentarios:

  1. Sentirse una desconocida, que se conoce muy bien en realidad.
    Increíble como escribes, e increíble este poema.

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  2. Me encantó ese final lapidario especialmetne, "yo, ahora que no existo, que venga el invierno y nos saque los ojos."
    Un beso

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  3. Necesitaba comentar, en serio. Creo que todo lo que escribes transmite una sensación muy real! :)

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  4. No dejarte algo escrito aquí debería estar prohibido.
    ¡Cómo escribes!
    Un beso enorme.

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  5. Necesito que escribas más.

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